No me mires con cara de tonto, ni me escuches como si mis palabras te acariciaran. No me quieras con locura o con pasión. No te enamores de mí. No me vuelvas loca cada día. No me bajes estrellas del cielo, ni recorras océanos para venir a verme. No esperes instantes inolvidables, ni me los ofrezcas. No me pidas en los deseos de las pestañas. Ni me desees para el resto de tu vida, o la mía. No esperes que la vida frene mientras nos besamos ni apuestes a que mi boca te espera a cada momento, y te extraña más, incluso, que yo. No me hagas sentir la persona más importante, ni me mires como si lo fuera. No pares el mundo por mí. No me necesites ni creas que te necesitaré. No me quieras más que a nada ni más que nadie y no pierdas la cabeza por mí. No te me enamores. ¡Sólo ríete!

Ríete para mí y déjame que vea esa cara cuando se enciende de alegría y que la estruje entre mis manos. Ríete y que se oiga al otro lado de los océanos y las estrellas y de los momentos inolvidables. Ríete a carcajadas sin poder articular palabra, con hipo y con dolor de barriga. Ríete como si fuera lo más importante del día y vete a dormir temblando en cada réplica. Pero llévame contigo en brazos, agarrada a tu cuello, disfrutando del eco de tu risa. Ríete como si reírme fuera lo mejor que te ha pasado.

Hazme reír y ríete conmigo.

Ríete de mí como si me quisieras con locura y con pasión, y cuéntame todo lo que se te pase por la cabeza… sin rodeos, sin puntos y aparte, atropellándote y sin que te entienda. Emociónate cuando me veas y suelta una de esas risillas nerviosas… Pierde el control.

Salta una sonrisa por la calle cuando te acuerdes de mí, de esas que luego dan vergüenza. Y sonrójate, notando como sube la sangre a tus mejillas. Planéame dentro de tu vida, a sabiendas que nada es igual si no estoy. Simplemente, porque ya no apetece.

Yo no quiero ser el centro de tu universo ni el pensamiento que se despierte contigo cada mañana, sólo quiero estar a tu lado para dibujarte una sonrisa en la cara. No te exijo dedicación absoluta ni una vida plena, sólo quiero ser tu alegría.

Quiero llenarte el alma, hacerte vibrar, quiero abrazarte con furia y perder la cabeza en cualquier beso, hasta los que no se esperan. Y en los que no se planean. Quiero correr contigo, y detrás de ti y delante, perdiendo la noción del tiempo. No me digas palabras bonitas, no me llenes de te quieros ni me tatúes amor eterno… Hazme reír.

Déjame que sonría con ternura, con dulzura, con brisa fresca, con ventoleras, con chubascos, con o sin lo que sea, con ganas, haciendo lo imposible por conseguirlo, a duras penas o cogiendo carrerilla. Hazme sonreír, como si te fuera la vida en ello.

Hazme cosquillas, cuéntame lo que te apetezca, tírame de la mano, empújame y enséñame cosas maravillosas. Inventa un universo sólo para mí. Conviérteme en el motivo de tus risas.

Riámonos tirados por el suelo, pero juntos. Riámonos juntos del mundo y de la vida y de lo que se ha ido, vendrá o está. Riámonos al compás, a destiempo y a deshoras. Lloremos de la risa.

Quiero llenarte el alma de alegría para cuando te falte. Quiero que almacenes risas para cuando te fallen. Quiero que nunca dejes de sonreír, ni cuando no cabe ni pensarlo. Cuando llores, seguro que no sabré darte el mejor de los consejos ni conseguiré la solución a la encrucijada pero te sacaré la lengua y te haré pedorretas. Y esperaré a que vuelvas a pedirme que te cosa a cosquillas. Y esperaré sin prisas, para siempre.

Te cansaré, te aburriré y te hartaré… Te lo aseguro. Me convertiré en una pesada sin remedio pero lo haré con gracia. Y cuando reniegues, te haré un meneo de culo y se te quitará la tontería.

¡Tonterías… de esas te guardo mil! Todas para ti. Cuando discutamos soltaré todas las que pueda, así que no me hagas ni caso y ríete de mí. Pero dame un rato, que cuando se me pase, yo también me reiré.

No me quieras con locura y con pasión, quiéreme con risas. Y sonríeme como si fuera la persona más importante, mirándome de esa manera tuya. Hazme feliz y que no sea capaz de imaginar ni un solo día en que no me ría contigo. Enamórate con desatino y con miedo y con dudas y con pausas o con prisas, pero sólo de mi risa.

Hazme el amor a carcajadas y deja que suenen las risas… y se oigan al otro lado del mundo.

Y ríete de la vida, esa que se frena cuando nos besamos. Pero ríete conmigo.

Siempre sale el sol

Share This